Aprender, Ensenar


Eran ya muchos los que sentían que la industria cerámica española, considerada en conjunto, experimentaba los primeros síntomas de asfixia. Algo que debía circular ño circulaba. Las puertas estaban cerradas. Ese algo sutil, impalpable, era la ciencia. La ciencia es algo vivo que necesita circular. Es una corriente impetuosa que se origina por el aporte de numerosas fuentes y que luego tiega y fertiliza. No se deben aislar esas fuentes para beber de ellas con exclusividad. Hay Que dejarlas en libertad para Que unan sus caudales u lueso conjuntamente pasen por las ruedas de todos los molinos.
El BOLETÍN que ahora tienes en la mano, querido lector, es el órgano de una Sociedad muy joven. Tiene poco más de un año de vida. Todos aquellos que comprendieron la necesidad de un caudal científico común, se agruparon en esta Sociedad Española de Cerámica que hoy nos acoge. Conto en toda Socie-dad, estos socios saben que han de tener una mano generosa para dar y una mano egoísta para recibir. Saben que adquieren el derecho a aprender a cambio del deber de enseñar, porque el que enseña y el que aprende no son siempre dos personas distintas.
La Sociedad Española de Cerámica ha irrumpido en él panorama nacional con dos metas muy definidas: Estimular la circulación de los conocimientos cerámicos y procurar que esta corriente se vea continuamiente enriquecida con conocimientos inéditos. La investigación científica se ocupa de la prospección de nuevas fuentes de conocimientos y la enseñanza, en su más amplia acepción, es esa gran bomba que impulsa la corriente de conocimientos hasta los rincones más alejados.
La difusión de los conocimientos se logra por dos vías: la oral y la escrita. La Sociedad Española de Cerámica atiende a la manifestación oral organizando cursos, ciclos de conferencias, coloquios, etc., y a la manifestación escrita mediante publicaciones monográficas, y también mediante este BoLETÍN que hoy nos complacemos en brindar.
Este BOLETÍN, como la propia Sociedad, ha nacido bajo el signo de la generosidad, y no dudamos que su vida ha de ser larga y fecunda.
Si ahora se nos pusiese en el aprieto de buscar un motu para la Sociedad, quizá elegiríamos el siguiente: ((.Aprender, Enseñar)). Cuando pases las hojas de este BoLETÍN medita esta simplicísima verdad: ((Las páginas impresas de este número me recuerdan mi derecho a aprender. Las páginas aún inmaculadas de los números que han de suceder me recuerdan mi deber de enseñar)).
Queridos socios: Aprended y enseñad. Ahí tenéis vuestro BOLETÍN. El os ayudará.
https://boletinessecv.es/wp-content/uploads/2025/03/2012020984518.z19610101.pdf