La InteracciÓN: Mundo De La Ciencia – Sector Industrial


Ahora que nos acercamos al año 2000 ya casi nadie pone en duda en el mundo que cualquier nación que quiera hoy en día competir internacionalmente debe saber aprovechar comercialmente el conocimiento científico. Este tema ha dado lugar, desde comienzos de este siglo, a innumerables discusiones sobre la transferencia del traba-jo de investigación estatal, que se desarrolla en los organismos públicos de investigación o en las universidades, hacia el mundo de la industria y del comercio.
J. G. Graselli, un investigador con amplia experiencia en ambos tipos de traba-jo, ha publicado recientemente unas interesantes reflexiones en una carta que se re-coge en la prestigiosa revista Spectroscopy International. Según Graselli, la interacción, que a veces parece tan problemática por las disfunciones que suelen producirse entre el sector industrial y el sector de la investigación estatal, puede articularse perfectamente estableciendo canales o mecanismos adecuados de comunicación. El éxito de los EE.UU. en conseguir esta comunicación entre el mundo de la investigación y el de la industria es notoriamente conocido.
Según R. Gomory, hay dos etapas para introducir nuevas tecnologías en el mundo industrial y comercial: el proceso en «escalera», en el que se trata de trasladar a la práctica una idea completamente nueva, y el proceso «cíclico», que implica la mejora de una tecnología o de un producto por etapas.
Las universidades y organismos públicos de investigación pueden ayudar a la industria a «comprender» el valor que tienen los conocimientos científicos en procesos de fabricación, que la mayor parte de las veces se implementan a base de un empirismo errático o intuitivo debido a la prisa por estar en un mercado cada vez más competitivo. El conocimiento científico y sistemático puede ayudar a alumbrar mejoras o nuevas ideas en productos y procesos.
Esta interacción es un hecho constante en países como EE.UU. y especialmente en Japón, en donde supieron hábilmente imitar los éxitos americanos en este tipo de interacción. Precisamente en el sector cerámico, el de cerámica avanzada ha sido uno de los más beneficiados de estas interacciones industria-centros de investigación. Nuestro país está cambiando en este sentido y los recelos o ignorancias de tiempos pasados se van superando paulatinamente. Esperamos que el sector cerámico y vidriero español no será ajeno a este proceso si quiere estar a la altura de las circunstancias actuales en un mundo tecnológico, industrial y comercialmente cada vez más competitivo.
JESÚS Mª. RINCÓN
Secretario General de la SECV
https://boletinessecv.es/wp-content/uploads/2025/03/20120508131617.z19902902.pdf