La Industria CerÁMica Y Vidriera Y El Medio Ambiente

La industria cerámica y vidriera se ve sometida cada vez en mayor medida a la necesidad de replantear sus actividades dentro de una orientación mucho más respetuosa con el medio ambiente, recursos energéticos y con unos requisitos muy estrictos en términos de salud laboral.
Este nuevo enfoque comprende por tanto desde el proceso de extracción minero, los diferentes procesos de fabricación, a los tratamientos de los efluentes y la recuperación y reutilización adecuada de los diferentes residuos.
En esta orientación se vienen promoviendo diferentes actuaciones tanto desde las propias empresas, cómo desde las diferentes administraciones. La primera constatación a efectuar es la disparidad de problemas existentes según el sector industrial implicado: vidrio, revestimientos cerámicos, refractarios, materiales de construcción, etc.. Dicha disparidad se sustenta no sólo desde la diferente complejidad de los fenómenos a corregir, sino también en el diferente nivel de asunción del problema por parte de las empresas en función de su tamaño, localización geográfica o gravedad de los problemas a resol-ver.
En todo caso la Administración ha puesto en marcha estudios tendentes a evaluar la situación existente con vistas a definir la política a seguir ante las medidas que va poniendo en marcha la Comunidad Europea. Estudios globales de este tipo han sido efectuados por la Dirección de Política Medioambiental del M.O.P.T.M.A. A nivel autonómico también se vienen efectuando estudios y análisis. Falta, no obstante, sistematizar y cruzar la información recogida así como articular las medidas que hagan efectivas las conclusiones adoptadas.
La SECV conoce la importancia del problema e inicia su aportación a su análisis y solución. Uno de los sectores industriales más activos en este campo es el sector de pavimentos, revestimientos y esmaltes cerámicos, principalmente asentado en la Comunidad Valenciana.
En 1986 España exportaba 43 millones de metros cuadrados de pavimentos y revestimientos con una facturación en pesetas constantes del 93 de 41.000 millones de pesetas. Sólo en el año 1993 han sido 117 millones de metros cuadrados y 104.000 millones de pesetas. La industria cerámica española puede servir de pauta para los demás sectores, no sólo por su contrastada competitividad en Europa y en todo el mundo, sino también por su capacidad de renovación tecnológica y sus esfuerzos orienta-dos a la preservación del medio ambiente. Frente a planteamientos contradictorios de la Unión Europea, que aplaza la aplicación del impuesto ecológico ECOTASA ante las presiones de algunos sectores industriales y gobiernos de ciertos países europeos, la industria cerámica española parece apostar, con inversiones que superan los 10.000 millones de pesetas, por la reducción de CO2 y O3 a través de los pro-gramas de cogeneración alentados y subvencionados por la administración autonómica. Estas inversiones suponen 34 instalaciones en la Comunidad Valenciana que producen, a partir de un sólo combustible (gas natural), energía eléctrica y térmica.La cogeneración permite, al desarrollar rendimientos energéticos globales del 85% frente al 33% del uso de energía eléctrica comercial (descontada en ésta las pérdidas por transporte y térmicas), un ahorro de 83.400 Tep (toneladas equivalentes a petróleo), evitan-do la emisión a la atmósfera de 2 millones de toneladas de CO2 cada año.
Las medidas de ozono en el arco cerámico mediterráneo superan en tres puntos la media europea. La razón es la instalación de industria petroquímica y pesada en el sur francés y, en general, en toda la cuenca mediterránea. Disminuir el nivel de ozono, cuyos perniciosos efectos fotooxidantes agravan los efectos de la presencia de SO2 en la atmósfera, sólo es posible a través del ahorro en la utilización de combustibles fósiles en la industria. La cogeneración cerámica apuesta en esta dirección y, en este sentido, el proyecto de decreto del Ministerio de Industria sobre cogeneración,al reducir el beneficio económico que significa la venta de la energía obtenida a la red eléctrica, puede dañar los intereses económicos de los que apostaron por el medio ambiente y generar frustración entre aquellos gobernantes, gestores y empresarios que pretenden fabricar con eficiencia energética.
La industria cerámica ha desarrollado en los últimos tiempos un tremendo esfuerzo poco conocido en adecuar, desde una perspectiva medio-ambiental, su proceso de fabricación. Los nuevos ciclos térmicos han obligado a prescindir prácticamente de los óxidos de plomo en la producción de esmaltes cerámicos y, con ello, se ha reducido prácticamente a cero la tasa de saturnismo en la industria cerámica española. Los sis-temas de procesado de las pastas cerámicas por atomización (el mayor atomizador de arcillas del mundo con una capacidad de 2.000 Tm/día está instalado en l’Alcora), permitirían reciclar todos los FANGOS obtenidos en el procesado global de la industria. Y hacia ese objetivo se avanza rápidamente en la actualidad. Por último, la instalación de depuradoras con sistemas de defloculación-decantación-tratamiento químico para el procesado de las aguas industriales permiten la utilización de las mismas en un ciclo cerrado.
Todo ello hace de la industria española la pionera en el trabajo por el medio ambiente. Sin embargo, no faltan problemas: los boratos, son tal vez el primero de ellos, dado el entorno citrícola donde se asienta la industria cerámica española del pavimento y revestimiento cerámico. El boro aparece en las aguas de procesado con valores entre 1 y 60 ppm (el valor máximo permisible es de 0,5 ppm). El problema no es que la concentración sea importante para la salud humana, lo grave es su efecto sobre el naranjo, altamente sensible a los boratos, que se acumula por intercambio iónico en las arcillas del suelo, envenenándolo. La consecución de un ciclo cerrado total del agua de proceso en la propia industria, parece ser la solu-ción real al problema, ya que la depuración, por tratamientos de osmosis inversa o de intercambio iónico, no sirve de nada sino se reciclan las aguas de recarga de las zeolitas intercambiadoras o de los sistemas de osmosis.
Una industria cerámica energéticamente eficiente y con sistemas correctores de sus emisiones al medio ambiente efectivos y modernos está en marcha y debería servir de modelo a toda la industria en general para conseguir paliar los efectos negativos que, de forma acelerada, están afectando negativamente al medio ambiente.
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