El Relevo


Hace solamente unos meses la Sociedad Española de Cerámica ha celebrado las elecciones reglamentarias para renovación de su Junta Directiva Y, en cumplimiento estricto de los fríos resultados del escrutinio, esta renovación se he producido.
La renovación no supone en este caso más que una simple operación de relevo.
El relevo —que entraña la transmisión de una carga desde un brazo cansado a otro que lo está menos— tiene una clara significación fraternal. Es el brazo, del hermano el que ahora llega a aliviar nuestro peso.
Al pensar en el relevo podríamos imaginarnos que unos llegan y que otros se van. Podríamos quizá pensar en la necesidad de dar bienvenidas o de decir adioses. Y según los códigos mundanos, habríamos de dar cumplimiento a ciertas formalidades relacionadas con los viajeros que llegan y con los que se van. Pero la Sociedad Española de Cerámica no cree que nadie haya llegado o se haya ido. Todos estábamos aquí y todos seguimos estando aquí. Los directivos que cesan no se han ido. Están con nosotros, siempre dispuestos a brindarnos’ su aliento, su consejo y su ayuda. Y los que ahora, por primera vez, asumen responsabilidades en la Junta Directiva, ya eran antes partícipes de todas las inquietudes de la Sociedad y sabían muy bien de su espíritu.
Se da la circunstancia, sin embargo, de que las personas que en estas elecciones han sido relevadas, han venido constituyendo hasta ahora la primera Junta Directiva de la Sociedad, han integrado su equipo fundador, y por tal razón han sido ellos los que han modelado la Sociedad y le han impreso sm carácter. Estos socios nos han dejado la valiosa herencia de una Sociedad fuerte, útil y respetada, que reúne estos atributos porque ellos, los fundadores, tuvie ron la firme voluntad de que así fuese. Las obras son reflejos de sus, autores.^ Y en este caso la obra es así porque ellos son fuertes, generosos y respetados. Cuando existe la necesidad de cumplir con un requisito social de agradecimiento puede echarse mano de alguna de las bellas frases acuñadas para este fin, Pero si se trata simplemente de expresar un sentimiento fraternal de gratitud basta con decir gracias. Cuando nuestro hermano nos dice gracias ha dicho todo lo que tenía que decir.
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