Ciencia Y &Laquo;Perestroika &Raquo;


Un hecho que suponemos no habrá pasado desapercibido para nuestros lectores es que recientemente en estas páginas vienen apareciendo artículos científicos de autores de los hasta ahora denominados países del Este. Creemos que este fenómeno, que no es único en nuestra revista, merece unos comentarios editoriales por su importancia histórica. Un simple vistazo a prestigiosas revistas científicas europeas, similares a la nuestra en el campo de los materia-les cerámicos y vitreos, tales como Ber. Deut. Keram. Ges., Glastechnishe Ber., J. Non-Cryst. Solids, Physics and Chem. of Glasses, etc., nos muestra cómo estas revistas han incrementa-do notablemente el número de artículos científicos a que hacemos referencia. Así pues, nuestro país y nuestra Sociedad Española de Cerámica y Vidrio no es ajena a este fenómeno histórico de apertura y renovación («perestroika») que afecta también al mundo científico y tecnológico en nuestro campo. Asimismo, existe una gran demanda de los profesionales de estos países en establecer colaboraciones en proyectos europeos de I-hD. Ahora bien, este deseo por parte de estos profesionales no está totalmente siendo bien correspondido por algunos países y por algunos científicos y técnicos europeos. Recientemente, A. Patko, presidente de la Cía. Húngara de Finanzas y Comercio (The European, 12-14 de octubre de 1990, citado en un artículo de K. Greenberg), comentaba la existencia de tres síndromes en las hasta ahora escasas relaciones de EE.UU. con estos países «perestroikizados».
a) El «síndrome de China» (miedo a un retroceso de la libertad).
b) El «síndrome latinoamericano» (miedo al problema de la deuda externa).
c) El «síndrome de las delegaciones europeas» (necesidad de una educación previa en todos los aspectos para comprender la complicada situación de estos países).
d) El «síndrome de Ohio» (miedo a la falta de infraestructura adecuada).
Se podría añadir un síndrome más en relación con el problema que comentamos: el «síndrome del prestigio».
Muchos científicos, creemos que expresamente al menos en nuestro país, recelan de la colaboración con profesionales de estos países como con los iberoamericanos, creyendo erróneamente que su «prestigio» se verá afectado. Estos profesionales demuestran un desconocimiento total de la historia de la ciencia y tecnología, ya que las aportaciones científicas de científicos de países del Este han sido notables y superiores en cantidad y calidad a las de nuestro país en la historia de la ciencia. Incluso mucho antes de la «perestroika». En el campo de la cerámica y el vidrio existen innumerables ejemplos que merecerán una posterior editorial. Europa decididamente está apoyando el desarrollo de estos países y que son también euro-peos, y más decididamente que EE, UU. Aproximadamente existen 3.300 «joint ventures» de países europeos con estos países en comparación con los 356 de EE.UU.
Por último, no vendría mal recordar la constante emigración de científicos y técnicos altamente cualificados que ha existido y existe de estos países de «la otra Europa» (especialmente a EE.UU.) y creemos que este fenómeno ha sido debido al alto nivel educativo en ciencia y tecnología en estos países, aparte de otros factores políticos y sociológicos que no pretendemos juzgar ahora.
JESÚS Mª. RINCÓN
Secretario General de la SECV
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