
El pasado mes de marzo se celebró una reunión monográfica sobre materias primas para la industria del vidrio, organizada por la Sección de Vidrios y por la Sección de Materias Primas de esta Sociedad. Las conferencias presentadas en dicha reunión, que se publican en este número del Boletín, constituyen un conjunto de aportaciones, desde distintos puntos de vista, sobre este tema.
Las materias primas han sido objeto de interés permanente por parte de los fabrican-tes de vidrio, ya que condicionan no sólo la calidad y las propiedades del material obtenido, sino también el consuno energético del horno, la duración de los materiales refractarios y, en definitiva, la economía del proceso de fabricación. En los últimos años ha venido a añadirse como nuevo factor a considerar, el potencial contaminante de cada materia prima, aspecto que va a ir adquiriendo una importancia creciente como consecuencia de la rigurosa legislación de protección ambiental que se está estableciendo en muchos países.
Las progresivas exigencias de calidad de los productos de vidrio y la automatización de los procesos de fusión y de conformación requieren, por una parte un control cada vez más estricto de las características de cada materia prima y, por otra, que se mantengan constantes dentro de los límites adecuados. En este sentido sería deseable que existieran más normas nacionales e internacionales que establecieran la aptitud de las distintas materias primas para la fabricación de cada tipo de vidrio.
En lo que se refiere a su economía, la industria vidriera realiza un esfuerzo continuo dirigido a abaratar el producto. Para ello sigue principalmente dos caminos, uno consistente en la búsqueda de materias primas alternativas, que permitan reemplazar con menor coste los componentes que mayor incidencia tienen en el precio, y otro, en rebajar el consumo energético haciendo descender la temperatura del vidrio. Esto está dando lugar al empleo de rocas naturales y subproductos industriales alcalinos, así como de sustancias de elevado poder fundente.
La recuperación de los desechos de vidrio, especialmente bajo la forma de envases vacíos para su posterior reciclado, ha abierto una nueva vía para economizar materias primas y energía, a la vez que ahorra su eliminación como residuos y reduce sus efectos contaminantes del entorno ambiental. El tratamiento y acondicionamiento del casco de vidrio y su reutilización como materia prima mayoritaria ha traído consigo, junto a ciertas ventajas indudables, algunos problemas graves para la marcha de los hornos, como son el ajuste de las condiciones de oxidación-reducción y la elevada cantidad de impurezas que pueden aportar.
Por todas estas razones, el estudio de las materias primas, incluso de las tradicionales, no sólo no ha perdido interés, sino que debe constituir un tema de especial atención tanto para las empresas vidrieras como para los centros de investigación y desarrollo.
SECCIÓN DE VIDRIOS SECV
Las materias primas han sido objeto de interés permanente por parte de los fabrican-tes de vidrio, ya que condicionan no sólo la calidad y las propiedades del material obtenido, sino también el consuno energético del horno, la duración de los materiales refractarios y, en definitiva, la economía del proceso de fabricación. En los últimos años ha venido a añadirse como nuevo factor a considerar, el potencial contaminante de cada materia prima, aspecto que va a ir adquiriendo una importancia creciente como consecuencia de la rigurosa legislación de protección ambiental que se está estableciendo en muchos países.
Las progresivas exigencias de calidad de los productos de vidrio y la automatización de los procesos de fusión y de conformación requieren, por una parte un control cada vez más estricto de las características de cada materia prima y, por otra, que se mantengan constantes dentro de los límites adecuados. En este sentido sería deseable que existieran más normas nacionales e internacionales que establecieran la aptitud de las distintas materias primas para la fabricación de cada tipo de vidrio.
En lo que se refiere a su economía, la industria vidriera realiza un esfuerzo continuo dirigido a abaratar el producto. Para ello sigue principalmente dos caminos, uno consistente en la búsqueda de materias primas alternativas, que permitan reemplazar con menor coste los componentes que mayor incidencia tienen en el precio, y otro, en rebajar el consumo energético haciendo descender la temperatura del vidrio. Esto está dando lugar al empleo de rocas naturales y subproductos industriales alcalinos, así como de sustancias de elevado poder fundente.
La recuperación de los desechos de vidrio, especialmente bajo la forma de envases vacíos para su posterior reciclado, ha abierto una nueva vía para economizar materias primas y energía, a la vez que ahorra su eliminación como residuos y reduce sus efectos contaminantes del entorno ambiental. El tratamiento y acondicionamiento del casco de vidrio y su reutilización como materia prima mayoritaria ha traído consigo, junto a ciertas ventajas indudables, algunos problemas graves para la marcha de los hornos, como son el ajuste de las condiciones de oxidación-reducción y la elevada cantidad de impurezas que pueden aportar.
Por todas estas razones, el estudio de las materias primas, incluso de las tradicionales, no sólo no ha perdido interés, sino que debe constituir un tema de especial atención tanto para las empresas vidrieras como para los centros de investigación y desarrollo.
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