
«Toda obra que es grande en arte como en ciencia, es el resultado de una gran pasión al servicio de una gran idea.»
Ramón y Cajal
El profesor D. Antonio García-Verduch, actual vicepresidente de la Sociedad Española de Cerámica y Vidrio, se ha jubilado recientemente como miembro del personal investigador del Instituto de Cerámica y Vidrio del CSIC. Pensamos que este acontecimiento, tan importante para nuestro querido amigo y compañero no puede pasar desapercibido, ya que fue el principal impulsor y creador de esta Sociedad, que el año próximo cumplirá su treinta aniversario, así como del Boletín, su principal órgano de difusión, completamente arraigado en el mundo científico y técnico a través de sus 28 volúmenes dedicados a la Cerámica y el Vidrio. A esta obra el profesor Verduch dedicó sus mejores años de vida profesional: «una gran pasión al servicio de una gran idea». Eso ha sido la activa vida de D. Antonio dedicada a la investigación científica y a la enseñanza de la Ciencia de la Cerámica, no sólo en España, sino en Iberoamérica donde es muy conocida y respetada su labor y en otros países a donde ha acudido en varias ocasiones incluso comisionado por las Naciones Unidas.
Pero el profesor García-Verduch, como buen investigador no se aleja del mundo de la ciencia, al contrario, busca nuevos horizontes en donde seguir desarrollando su labor profesional. En su conferencia de despedida del ICV dijo que: «La actividad investigadora es tener la mente siempre abierta a lo desconocido».
Algunos escritores de principios de siglo que recelaban de los progresos científicos de la época llegaron a decir que la ciencia era «necesaria, pero triste». Todos los que conocemos a D. Antonio sabemos, sin embargo, de su interés y alegría contagiosa cuando habla de cualquier tema científico y técnico relacionado con la cerámica y el vidrio. Hoy en día, que la actividad científica se ha profesionalizado en exceso, por culpa de la competitividad febril, los intereses económicos y el protagonismo, perdiéndose el rasgo de humanismo que caracterizaban a los hombres de ciencia de siglos pasados y de comienzos de éste, de los que se podía decir que eran «forzosamente, biológicamente sentimentales», reconforta encontrar a un científico como el profesor García-Verduch que aún conserva su entusiasmo y su pasión por el cultivo de la ciencia y por la transparencia, de quien dedica su vida al descubrimiento de la Verdad.
JESÚS Mª RINCÓN
Secretario General de la SECV
Ramón y Cajal
El profesor D. Antonio García-Verduch, actual vicepresidente de la Sociedad Española de Cerámica y Vidrio, se ha jubilado recientemente como miembro del personal investigador del Instituto de Cerámica y Vidrio del CSIC. Pensamos que este acontecimiento, tan importante para nuestro querido amigo y compañero no puede pasar desapercibido, ya que fue el principal impulsor y creador de esta Sociedad, que el año próximo cumplirá su treinta aniversario, así como del Boletín, su principal órgano de difusión, completamente arraigado en el mundo científico y técnico a través de sus 28 volúmenes dedicados a la Cerámica y el Vidrio. A esta obra el profesor Verduch dedicó sus mejores años de vida profesional: «una gran pasión al servicio de una gran idea». Eso ha sido la activa vida de D. Antonio dedicada a la investigación científica y a la enseñanza de la Ciencia de la Cerámica, no sólo en España, sino en Iberoamérica donde es muy conocida y respetada su labor y en otros países a donde ha acudido en varias ocasiones incluso comisionado por las Naciones Unidas.
Pero el profesor García-Verduch, como buen investigador no se aleja del mundo de la ciencia, al contrario, busca nuevos horizontes en donde seguir desarrollando su labor profesional. En su conferencia de despedida del ICV dijo que: «La actividad investigadora es tener la mente siempre abierta a lo desconocido».
Algunos escritores de principios de siglo que recelaban de los progresos científicos de la época llegaron a decir que la ciencia era «necesaria, pero triste». Todos los que conocemos a D. Antonio sabemos, sin embargo, de su interés y alegría contagiosa cuando habla de cualquier tema científico y técnico relacionado con la cerámica y el vidrio. Hoy en día, que la actividad científica se ha profesionalizado en exceso, por culpa de la competitividad febril, los intereses económicos y el protagonismo, perdiéndose el rasgo de humanismo que caracterizaban a los hombres de ciencia de siglos pasados y de comienzos de éste, de los que se podía decir que eran «forzosamente, biológicamente sentimentales», reconforta encontrar a un científico como el profesor García-Verduch que aún conserva su entusiasmo y su pasión por el cultivo de la ciencia y por la transparencia, de quien dedica su vida al descubrimiento de la Verdad.
JESÚS Mª RINCÓN
Secretario General de la SECV
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